En total se encontraron 52 teléfonos de alta gama, que luego eran vendidos en un local ubicado sobre Avenida Corrientes al 2100.
La Policía de la Ciudad de Buenos Aires logró desarticular una “cueva” que funcionaba como depósito de celulares robados en el barrio de Balvanera, la cual arrojó un hallazgo insólito.
De los 52 teléfonos de alta gama que la banda delictiva guardaba en el lugar, 46 eran iPhones con denuncia de robo. Lo insólito es que todos estaban ocultos en una bolsa, dentro de un horno de cocina.
El operativo fue el resultado de una investigación que se inició tras la denuncia por el robo de un celular. Este hecho permitió a los efectivos de la División Investigaciones Especiales identificar los puntos neurálgicos donde se reducían los aparatos sustraídos.
Noticia que está siendo actualizada.