OPINIÓN. Columnista invitada (*) | Los resultados de las pruebas Aprender 2024, lejos de ser solo números, hablan de trayectorias fragmentadas, brechas crecientes y un sistema que no logra enseñar con equidad.
Los últimos resultados del operativo Aprender 2024 vuelven a advertir sobre un problema estructural: la secundaria argentina no está garantizando los aprendizajes esenciales. Más del 54% de los estudiantes no alcanza el nivel básico en Matemática y casi un 16%, tampoco lo hace en Lengua.
En Lengua, se registra una mejora relativa: el 51,7% de los estudiantes alcanza un nivel satisfactorio, pero cae el porcentaje de quienes logran un nivel avanzado (solo el 6,3%) y persiste un núcleo que no accede a los aprendizajes mínimos. La enseñanza de la lectura crítica y la producción escrita sigue siendo un desafío, en un escenario donde muchos leen, pero pocos comprenden o argumentan con autonomía.
El panorama es más alarmante en Matemática
La mitad de los estudiantes no llega siquiera al nivel básico y el nivel avanzado prácticamente desapareció. A pesar de programas específicos, la enseñanza matemática sigue sin lograr que los estudiantes desarrollen pensamiento lógico, resolución de problemas y autonomía cognitiva. El retroceso respecto a 2013 es evidente y sostenido.

Los datos históricos muestran que, tras una leve recuperación en 2019, actualmente se agudizaron las desigualdades y el deterioro de los aprendizajes. El problema es sostenido y evidencia el colapso del sistema educativo. La falta de respuestas estructurales, la fragmentación del sistema y la desigual asignación de recursos profundizan una crisis que se volvió crónica.
Puntos clave de la crisis educativa
- Brechas significativas en Matemática. El 35% de los estudiantes está por debajo del nivel básico, lo que indica una urgencia en fortalecer las prácticas de enseñanza de esta área crítica, con foco en resolución de problemas y estrategias activas.
- Lengua muestra mejores resultados, pero con desafíos. Aunque el porcentaje de estudiantes en nivel avanzado en Lengua (20%) duplica al de Matemática, aún un 20% no alcanza el nivel básico, revelando problemas de comprensión lectora. Esto se vincula directamente con las campañas de alfabetización y la necesidad de herramientas didácticas sólidas en el aula.
- Impulso a la formación situada y por nivel. Estos datos indican que las políticas públicas deben focalizarse en estrategias situadas, con acompañamiento en terreno, especialmente en escuelas con mayores brechas.
- Un llamado a sostener políticas estructurales. El diseño de políticas públicas debe integrar los resultados de estas evaluaciones como insumo clave para planificar dispositivos de mejora que incluyan financiamiento, liderazgo institucional y redes pedagógicas interinstitucionales.
Las pruebas Aprender son una herramienta para mejorar, no solo para medir
La clave está en usar los datos para tomar decisiones que garanticen derecho a aprender, especialmente en contextos más vulnerables.
En síntesis, no se trata solo de que los estudiantes aprendan más. Se trata de que el sistema logre enseñar mejor. Y eso implica revisar cómo, con qué condiciones y con qué apoyo se construye el trabajo docente. La urgencia no solo es pedagógica, es también política.
(*) Mariana Schenone es profesora de la licenciatura en Ciencias de la Educación USAL