Un hallazgo en los Pirineos revela cómo un individuo de la Edad de Bronce logró recuperarse tras recibir una herida grave, aportando nueva información sobre la violencia y la resiliencia en tiempos prehistóricos
Una costilla humana de hace más de 4.000 años, hallada en una cueva de los Pirineos españoles con una punta de flecha de sílex aún incrustada, ha revelado una historia de violencia y supervivencia en la Edad de Bronce. El descubrimiento, anunciado el 8 de julio por un equipo liderado por Carlos Tornero, arqueólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), constituye una prueba directa de los conflictos que marcaron a las comunidades prehistóricas de la región.
Según informó National Geographic, la víctima sobrevivió a la herida, lo que añade un matiz humano y excepcional al hallazgo.
Un hallazgo singular en los Pirineos españoles
El fragmento óseo, una costilla con una punta de flecha de sílex incrustada, fue recuperado en la cueva Roc de les Orenetes, conocida en catalán como la “Roca de las Golondrinas”. Este enclave se sitúa a unos 1.800 metros (6.000 pies) de altitud, cerca de la frontera entre España y Francia, en pleno corazón de los Pirineos españoles. El equipo de Tornero localizó el hueso durante una campaña de excavación que ha arrojado luz sobre episodios de violencia prehistórica.
La punta de flecha, fabricada en sílex, permanecía alojada en la costilla de una persona que vivió entre los años 2550 y 2150 a.C. De acuerdo con el reporte de National Geographic, el análisis del hueso mostró signos claros de curación, lo que indica que la víctima no solo sobrevivió al impacto, sino que vivió durante un periodo prolongado tras el ataque.

La cueva Roc de les Orenetes: un escenario de conflicto antiguo
La cueva Roc de les Orenetes fue descubierta en 1969 y, desde entonces, ha sido objeto de numerosas campañas arqueológicas. Según detalló National Geographic, en su interior se han encontrado restos de al menos 60 individuos, muchos de los cuales presentan fracturas y marcas de corte compatibles con armas de la época, como lanzas con punta de piedra, flechas y hachas o dagas de cobre y bronce.
El análisis de los huesos recuperados en excavaciones previas permitió a los investigadores concluir que las heridas observadas eran consecuencia de enfrentamientos violentos entre grupos rivales que vivieron en la región durante la Edad de Bronce.
Carlos Tornero, en declaraciones recogidas por National Geographic, subrayó la importancia del hallazgo: “Es evidencia directa de un episodio de conflicto violento”. El arqueólogo añadió que este descubrimiento “es prueba directa y confirma nuestra hipótesis inicial” sobre la existencia de violencia organizada en la prehistoria pirenaica.

Conflictos entre clanes: hipótesis sobre atacantes y víctimas
La información recabada por el equipo de Tornero sugiere que los episodios violentos documentados en la cueva Roc de les Orenetes ocurrieron entre los años 2550 y 2150 a.C. Los investigadores consideran que las víctimas pertenecían probablemente a un mismo clan de agricultores de la Edad de Bronce, mientras que los atacantes podrían haber sido cazadores nómadas procedentes de grupos rivales.
El ataque que dejó la flecha incrustada en la costilla fue ejecutado por la espalda, de modo que el proyectil penetró en la caja torácica, por debajo del omóplato. “Sin duda, la persona que fue alcanzada tuvo poca capacidad de reaccionar a tiempo para evitarlo”, explicó Tornero a National Geographic. Esta circunstancia sugiere un ataque sorpresivo, posiblemente en el contexto de una emboscada o una escaramuza entre clanes.
La hipótesis de enfrentamientos por el control del territorio o el acceso a recursos naturales cobra fuerza a la luz de los hallazgos. Aunque se desconoce la identidad de los atacantes, los indicios apuntan a que la violencia formaba parte de la dinámica social de la época, en un entorno donde la competencia por la tierra y los recursos era intensa.
Evidencia de supervivencia y su significado arqueológico
Uno de los aspectos más notables del hallazgo es la evidencia de que la víctima sobrevivió a la herida. “La costilla muestra signos de curación, lo que indica que la víctima vivió mucho tiempo después del incidente”, afirmó Tornero en declaraciones a National Geographic.
Este dato no solo aporta una dimensión humana al episodio de violencia, sino que también permite a los arqueólogos reconstruir aspectos de la vida y la resiliencia de las comunidades prehistóricas. La supervivencia tras una herida de tal gravedad sugiere la existencia de cuidados dentro del grupo y una capacidad de recuperación notable en condiciones adversas.
Tornero destacó que “cada punta de flecha encontrada en la cueva probablemente estuvo incrustada en la carne de los muertos allí enterrados”, lo que refuerza la idea de que la violencia era un fenómeno recurrente en la vida de estos antiguos habitantes de los Pirineos.

Excavaciones en curso y relevancia para el estudio de la violencia prehistórica
A pesar de los importantes hallazgos realizados hasta la fecha, solo un tercio de la cueva Roc de les Orenetes ha sido excavado, según precisó Tornero a National Geographic. Esto significa que el yacimiento aún puede deparar nuevas sorpresas y aportar más información sobre la naturaleza y la frecuencia de los conflictos en la prehistoria europea.
Este descubrimiento se suma a una serie de evidencias que, en conjunto, refuerzan la hipótesis de que la violencia organizada y los enfrentamientos entre clanes formaban parte de la vida cotidiana en la Edad de Bronce.